CONCLUSIONES generales:
En este asunto de la Enseñanza en España, después de décadas del modelo socialista, hemos llegado a ser uno de los países europeos situados en los últimos lugares en las diferentes áreas, sobre todo en la de lectura y comprensión.
Por lo que queda muy claro que algo no se está haciendo medianamente bien. Hay muchas voces que piden y exponen distintos modelos para poder corregir todo esto, pero la pregunta sería la siguiente:
¿Dónde se encuentran las verdaderas soluciones?
¿Cuál es el modelo que debemos de elegir como referencia? Y ¿Qué medios económicos contamos para poder desarrollarlo adecuadamente? Cosas muy importantes, que hay que tener en cuenta, máxime en los tiempos de crisis que estamos padeciendo.
Hay que despolitizar en un primer lugar, y de forma rotunda, nuestro sistema de enseñanza, ya que hay señales preocupantes y más que evidentes en este sentido.
Ante todo se haga lo que se haga, hay que hacerlo, de forma unificada y con criterios que sean validos y razonables.
Lo más conveniente, transparente y responsable, dentro de nuestras circunstancias nacionales, con las correspondientes aportaciones de todos, sería llegar a ver dónde fallamos y efectuar cuantos debates sean necesarios, para poder moderar y consensuar un modelo que sea mejor que el existente, que no está funcionando como realmente necesitamos, pues en este sentido tenemos enormes carencias. Hay que hacerlo eludiendo cualquier tipo de manipulación política, sea del signo que sea.
El protestar por protestar a nada nos conduce:
Hay que buscar soluciones a todos los males que tenemos, eso sería lo loable, y es lo que estamos necesitando.
Una regulación del derecho de huelga, que incluya a los menores de edad, está favoreciendo la utilización y explotación de dichos jóvenes, en favor de una causa política, o social determinada, que por necesidad corresponde a personas adultas, mayores de edad el manifestarlas de la forma que sea.
Regular un supuesto derecho de huelga a menores, es pervertir de un modo consciente la condición jurídica del menor, dando con ello luz verde a conductas irresponsables e inmaduras, con todas sus consecuencias. El hecho de que muchos sean cómplices de ello, muestra que confunden fácilmente (a veces sin escrúpulos) demagogia y populismo, con democracia.
Todos estamos de acuerdo en el derecho de escolarización del menor, por razones democráticas profundas, pero una enseñanza democrática implica orden y disciplina por necesidad.
El menor precisa saber e interiorizar como suyas las normas de respeto y cortesía que han de regular una clase o un centro educativo.
¿Cuántos sindicatos de profesores sitúan el problema de la indisciplina y acoso al profesor como prioridad?
Pedro García Biedma
No hay comentarios:
Publicar un comentario