jueves, 29 de noviembre de 2012

¿Y nosotros, qué podemos hacer?


       La incertidumbre y el miedo ante nuestro futuro son más que evidentes, estamos viendo numerosos cierres de empresas, caída de la actividad económica, aumento del paro y falta de recursos para que los servicios públicos que son esenciales puedan llegar a atender los numerosos problemas que se nos están planteando.
      Observamos que todo esto tiene actualmente muy mal arreglo por el camino que transcurren las cosas y sobre todo viendo el maremagno de respuestas que se amontonan, en busca de soluciones que vemos no son coincidentes con las cuestiones más importantes, sobre todo con aquellas que deberían ser las realmente necesarias y por este y otros motivos nos están abocando entre unos y otros a un indeseado pozo sin fondo y nos sentimos totalmente defraudados al comprobar que nuestra opinión en general no cuenta absolutamente nada.
       Cada vez somos más los que desconfiamos de nuestros políticos, los auténticos responsables que han dirigido tan desacertadamente nuestra economía y estamos viendo que son incapaces de dar con las respuestas adecuadas y que al final controlan solamente su propio beneficio.

       Algunas de las cosas que se están haciendo desde diferentes sectores autorizados para ello, tanto políticos, como sindicales y empresariales, son conseguir alejarnos aún más de las verdaderas metas, que deberían ser más claras, honradas, firmes y concretas.


¿Hay soluciones para esta crisis? ¿Cuál es la salida a nuestra situación?


       La desunión y el continuo desencuentro, es el peor de los caminos que podemos elegir si de verdad queremos buscar una salida efectiva y real que perdure en el tiempo ante los múltiples contratiempos que como sociedad civilizada estamos teniendo.
       En mi humilde opinión la solución más coherente sería la de ponernos todos a trabajar en la misma dirección, buscando el encuentro y el punto principal para que podamos conseguir los fines que anhelamos. Y esto sin lugar a dudas sería la necesaria unión y un auténtico acuerdo, que supere ideologías, y que vemos en general que no se está dando por diferentes motivos y con el único fin de poder conseguir las deseadas y justas soluciones que estamos buscando pero por diferentes caminos, y así no llegaremos a alcanzarlas debidamente. Debemos de aprender bien la lección de cara al futuro para no caer en los mismos errores.


       Nuestra prioridad debe ser actualmente sin lugar a dudas ayudar a los más necesitados ante esta cruel crisis. Aunque menos mal que aún nos queda un atisbo de solidaridad que sobre todo se está dando en gran medida en nuestro entorno familiar, donde nos estamos ayudando, como asimismo esa otra gran labor que están ejerciendo determinadas organizaciones Caritativas. Si esto no fuese así, todo sin lugar a dudas habría explotado mucho antes ya.
                                        Pedro García Biedma

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