La tierra está cansada,
quebrada y cortada por el viento.
Está naciendo, ha muerto
y vuelve a la vida su aliento.
Se encuentra toda surcada
y amamantada por el desierto.
Está sedienta, hambrienta de flores
y del agua del invierno.
Sus pájaros están helados,
se sostienen solos, durmiendo
en un sueño azul, gris,
bordado de ribetes negros.
La tierra está desnuda
de tantos y tantos nacimientos
que no quedan, que pasan
y mueren en cada momento.
Está abandonada en las noches,
cercada de sombras y miedos
en noches tristes y peregrinas
y amaneceres de desconsuelo.
La tierra está preñada
de muchos guías ciegos
que la dejan sola y abandonada
con todos sus sufrimientos.
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Pedro García
2 comentarios:
genial
Cierto y bueno.
Pero no olviden lo que muchos olvidan.
La tierra es semieterna, si lo comparamos con el animal que llevamos dentro los hombres.
Y a ella la podremos maltratar y casi destruir pero antes desapareceremos nosotros como especie y ella pese a sus heridas renacerá, y de las especie humana no quedara nada exceptos fósiles.
Es como escupir al cielo al final te cae en la cara.
Un saludo Wasabi.
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